El puesto de mis sueños
Una nueva generación de especialistas sale al mercado laboral.
Tras formarse por una década en las artes de la Medicina, se enfrentan al reto
de encontrar una plaza que les permita cumplir su sueño de salvar vidas. Unas
circunstancias que, actualmente, no son las más fáciles de encontrar, por lo
que algunos MIR tendrán que hacer malabares para reencontrarse con el “empleo
de los sueños”.
Aunque
difícil, tampoco se trata de un imposible. “Nos encontramos ante un mercado
laboral mejor al presentado hace cuatro o cinco años”, ha precisado a LA
REVISTA de Redacción Médica el director gerente del Hospital Universitario de
Fuenlabrada, Carlos Mur de Víu. Según explica, las posibilidades variarán en
medida de la especialidad alcanzada, ya que hay algunas que disponen de una
mayor salida laboral que otras.
En
este sentido, considera que existe una mayor oferta laboral para los residentes
que hayan cursado algunas especialidades como son Anatomía Patológica, Anestesiología y Reanimación, Pediatría y
Radiodiagnóstico, así como Oftalmología y Cardiología. No obstante, el
director gerente del Hospital de Fuenlabrada pronostica una situación más
compleja a quienes salgan de Medicina
Interna, Cirugía General y del Aparato Digestivo, Neumología, Reumatología y
Psiquiatría.
Las opciones olvidadas
El ejército y las ONG son algunas de las
salidas para quienes no logran acceder al MIR, pero son una opción “anecdótica”
para quienes cuentan con una especialidad. Desde los hospitales se indica que
“la incorporación a la Medicina Militar suele hacerse durante el grado o antes
del MIR, pero es muy poco común su anexión posterior”. Lo mismo que ocurre con
las organizaciones de cooperación internacional, quienes, a pesar de que en sus
requisitos piden una especialidad médica, cuentan con una escasa presencia de
estos profesionales que abogan más por seguir formándose en caso de no
encontrar una plaza laboral.
Cortar el problema de raíz
En la búsqueda de la ‘época de oro’ en el empleo
sanitario, la representación estudiantil ha movido su artillería para intentar
cambiar la situación actual. El Consejo
Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), por ejemplo, se ha convertido en
un férreo defensor del equilibrio de los númerus clausus y plazas MIR,
considerándole “un aspecto clave y estratégico para evitar el exceso de médicos
formados que, al final, sólo tendrán dos salidas: la inmigración o empleos
precarios”
Leonardo Caveda, vicepresidente del CEEM, advierte que
“el principal problema al que se enfrentan los especialistas es la precariedad
laboral de la que, actualmente, es víctima el 50 por ciento de los
profesionales, aproximadamente, según estimaciones de la Organización Médica
Colegial (OMC)”.
“Lo más trágico es la incertidumbre que viven los
médicos al verse con un contrato que vence, en el mejor de los casos, en un
año, pero que llega a durar entre días u horas”, aclara Caveda, quien recalca
que “desde el CEEM intentamos cortar este problema de raíz a través de la
reducción de los númerus clausus y ajuste de plazas MIR, lo que ayudará a
evitar que haya un exceso de profesionales que, posteriormente, tendrán que ir
al paro o al extranjero”.
Déficit de formación: ¿cómo busco trabajo?
El estrés de buscar trabajo de los residentes se suma
a la nula experiencia que tienen a la hora de enfrentarse al mercado laboral.
“La residencia es un periodo muy duro donde te entregas mucho a un servicio
concreto y es como si estuvieras bajo un caparazón”, explica Ana Vinagre, que
añade: “De repente se acaba y te encuentras con 29 años en un mundo
desconocido; imagino que al resto de la gente le pasa lo mismo, pero mucho más
joven al salir de la universidad”.
Es por esta situación que muchos jóvenes consideran
que el lugar para formarse en cómo buscar trabajo es la residencia: “Igual que
te enseñan a ser especialista, a hacer búsquedas bibliográficas y a investigar,
te tienen que enseñar a buscar trabajo y a hacer un buen currículum e incluso
decirte qué cosas puedes hacer durante la residencia para que tu currículum
luzca más”. Al final, la residencia no deja de ser un periodo de formación para
un empleo posterior y resulta paradójico que al terminarla los especialistas no
sepan ni cómo empezar a buscar ese trabajo.
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