DESTAPANDO MITOS:
Este artículo está
centrado en todos aquellos mitos sexuales que muchas veces no entendemos. Se
destaparán uno a uno desde un punto científico para conocer la jugosa verdad.
1. LEVANTARSE EMPALMADO :
“BIP-BIP, BIP-BIP”… La alarma despertador del móvil
suena. Todavía acostado y en trance, estiras la mano, agarras el móvil e
intuitivamente apagas la alarma. “Duérme 5 minutos más” te susurra el cuerpo,
pero sabes, por experiencia que eso no es así de modo que decides levantarte.
Decides apechugar y, empezando a adquirir ya cierto desvelo, te incorporas en
la cama justo al mismo tiempo que pareces advertir que tienes dormida una parte
de tu cuerpo. Un instante después te das cuenta que no tienes dormido nada: se
trata de una erección.”
Estoy convencido de que
el 99% de los hombres afirmarían haber pasado por una situación similar muchas
veces en su vida. El otro 1% mienten.
¿Pero por qué nos sucede
esto? ¿Somos unos depravados que no hacemos otra cosa cuando dormimos que tener
sueños eróticos?
Miren Larrazábal,
presidenta de la FESS (Federacion Española de Sociedades de Sexología), afirma
que un hombre tiene una media de 4-5 erecciones en una noche coincidiendo en
las fases de sueño REM. Sin embargo esto no tiene por qué ver con sueños eróticos
(a veces sí).
Las erecciones matinales
están relacionadas con la subida de testosterona que se produce durante el
sueño, llegando a los mayores niveles a primeras horas de la mañana. Esto,
junto con la gran acumulación de orina de toda la noche, estimula la erección.
Primer mito desmentido,
las erecciones matinales no son causa de los sucios sueños sino de los elevados
niveles fisiológicos de testosterona durante el sueño.
2.
EL PUNTO G Y EL PUNTO P
¿Realmente existen? ¿O es
una excusa generalizada para tener más relaciones sexuales con tu pareja? En
caso de existir, ¿tendré grandes orgasmos?
Hoy en día, gracias a los
grandes avances sociales, la sexualidad femenina ha superado con creces a la
masculina, al contrario de como venía siendo históricamente. Se ha demostrado
que la sexualidad femenina es más
compleja que la masculina, que funcionan a diferentes ritmos y de diferente
manera.
PUNTO G
Se le debe su nombre a su
descubridor, Ernst Gräfenberg, que no era un gran follador (bueno, nunca se
sabe), sino un investigador que realizó estos experimentos en 1940.
Actualmente, se le denomina “zona G”, pues no es un punto en concreto. Se
localiza a unos 4-5 cm de la pared anterior de la vagina, de tacto rugoso. En
ella encontramos las glándulas de Skene que si son bien estimuladas provocan la
eyaculación femenina.
Es importante es conocer
su ubicación para estimularla de forma correcta. Si se es muy directo pues
puede resultar desagradable, es por eso que se debe ir poco a poco, fácilmente
con un gesto de “ven” con la mano.
Sin embargo lo más
importante ya lo hagamos nosotras o con nuestra pareja es que sea para
disfrutar de una forma divertida!
PUNTO P
Es el punto G de los
hombres, se le llama punto P de próstata.
Para estimular este punto
se accede a través del recto, se encuentra a unos 2.5-3 cm en la parte anterior
y ahí está la próstata. Podemos estimularla haciendo movimientos
circulares, de arriba a abajo, o presionándola, también existen juguetes
eróticos para ello, y no olvidemos que podemos preguntarle a nuestra pareja
cómo le resulta más placentero.
La estimulación de este
punto genera orgasmos muy intensos y placenteros aunque no garantiza una buena
calidad.
En otros casos podemos
optar por la estimulación indirecta de este punto a través de periné, es decir,
la zona entre los testículos y el ano, que presionándolo puede resultar muy
placentero y generar nuevas sensaciones.
Desmitificación:
Según el FESS, hay muchos
hombres reticentes a este tipo de prácticas ya que la estimulación del recto no
les resulta nada placentero e incluso algunos lo relacionan con prácticas
homosexuales. Es importante saber que la estimulación de una parte de
nuestro cuerpo no tiene absolutamente nada que ver con nuestra orientación
sexual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario