lunes, 5 de diciembre de 2016

Destapando mitos

DESTAPANDO MITOS:

Este artículo está centrado en todos aquellos mitos sexuales que muchas veces no entendemos. Se destaparán uno a uno desde un punto científico para conocer la jugosa verdad.

1.     LEVANTARSE EMPALMADO :

“BIP-BIP, BIP-BIP”… La alarma despertador del móvil suena. Todavía  acostado y en trance, estiras la mano, agarras el móvil e intuitivamente apagas la alarma. “Duérme 5 minutos más” te susurra el cuerpo, pero sabes, por experiencia que eso no es así de modo que decides levantarte. Decides apechugar y, empezando a adquirir ya cierto desvelo, te incorporas en la cama justo al mismo tiempo que pareces advertir que tienes dormida una parte de tu cuerpo. Un instante después te das cuenta que no tienes dormido nada: se trata de una erección.”

Estoy convencido de que el 99% de los hombres afirmarían haber pasado por una situación similar muchas veces en su vida. El otro 1% mienten.

¿Pero por qué nos sucede esto? ¿Somos unos depravados que no hacemos otra cosa cuando dormimos que tener sueños eróticos?

Miren Larrazábal, presidenta de la FESS (Federacion Española de Sociedades de Sexología), afirma que un hombre tiene una media de 4-5 erecciones en una noche coincidiendo en las fases de sueño REM. Sin embargo esto no tiene por qué ver con sueños eróticos (a veces sí).
Las erecciones matinales están relacionadas con la subida de testosterona que se produce durante el sueño, llegando a los mayores niveles a primeras horas de la mañana. Esto, junto con la gran acumulación de orina de toda la noche, estimula la erección.

Primer mito desmentido, las erecciones matinales no son causa de los sucios sueños sino de los elevados niveles fisiológicos de testosterona durante el sueño.

RECOMENDACIÓN: La meadita mañanera nos la hace imposible la erección, es por eso que tenemos toda una serie de posiciones cada uno para mear mejor. Sin embargo se recomienda que en vez de medio forzarlo a que salga, se espere unos minutos (si se aguanta) a que el asunto pierda fuerza.




2.      EL PUNTO G Y EL PUNTO P

¿Realmente existen? ¿O es una excusa generalizada para tener más relaciones sexuales con tu pareja? En caso de existir, ¿tendré grandes orgasmos?
Hoy en día, gracias a los grandes avances sociales, la sexualidad femenina ha superado con creces a la masculina, al contrario de como venía siendo históricamente. Se ha demostrado que la sexualidad femenina es más compleja que la masculina, que funcionan a diferentes ritmos y de diferente manera.
 
PUNTO G
Se le debe su nombre a su descubridor, Ernst Gräfenberg, que no era un gran follador (bueno, nunca se sabe), sino un investigador que realizó estos experimentos en 1940. Actualmente, se le denomina “zona G”, pues no es un punto en concreto. Se localiza a unos 4-5 cm de la pared anterior de la vagina, de tacto rugoso. En ella encontramos las glándulas de Skene que si son bien estimuladas provocan la eyaculación femenina.

Es importante es conocer su ubicación para estimularla de forma correcta. Si se es muy directo pues puede resultar desagradable, es por eso que se debe ir poco a poco, fácilmente con un gesto de “ven” con la mano.
Sin embargo lo más importante ya lo hagamos nosotras o con nuestra pareja es que sea para disfrutar de una forma divertida!

PUNTO P
Es el punto G de los hombres, se le llama punto P de próstata.
Para estimular este punto se accede a través del recto, se encuentra a unos 2.5-3 cm en la parte anterior y ahí está la próstata. Podemos estimularla haciendo movimientos circulares, de arriba a abajo, o presionándola, también existen juguetes eróticos para ello, y no olvidemos que podemos preguntarle a nuestra pareja cómo le resulta más placentero.
La estimulación de este punto genera orgasmos muy intensos y placenteros aunque no garantiza una buena calidad.
En otros casos podemos optar por la estimulación indirecta de este punto a través de periné, es decir, la zona entre los testículos y el ano, que presionándolo puede resultar muy placentero y generar nuevas sensaciones.

Desmitificación:
Según el FESS, hay muchos hombres reticentes a este tipo de prácticas ya que la estimulación del recto no les resulta nada placentero e incluso algunos lo relacionan con prácticas homosexuales. Es importante saber que la estimulación de una parte de nuestro cuerpo no tiene absolutamente nada que ver con nuestra orientación sexual.



¿Sincronización de menstruaciones?


Cuando os vais de viaje de amigas, cuando vives con compañeras de piso, ¿Es casualidad que termine bajando la regla a la vez? ¿Se pega? ¿Se influye mutuamente?
A pesar de los avances que ha desarrollado la ciencia, el estudio que más validez tiene es el que realizó la psicóloga estadounidense Martha McClintock y que fue publicado en  1971 por la revista Nature. El tema que trata el artículo es la sincronización menstrual y da como resultado el “Efecto McClintock”.


Según esos estudios, las causantes directas del “Efecto McClintock” o “Regulación Social de la Ovulación” son las feromonas. Son sustancias químicas que segrega nuestro cuerpo y que están muy relacionados con la sexualidad y la reproducción. Tienen efectos sobre los que nos rodean, es por eso que explica el por qué de la sincronización menstrual. Es decir, que varias mujeres que habitan en una misma casa o pasan muchas horas de su día a día juntas, acaben teniendo al mismo tiempo la menstruación
Las feromonas son secretadas al exterior, pero el sentido del olfato humano no está tan desarrollado como el de los animales, por lo que no ‘olemos’ esas sustancias sino que involuntariamente las detectamos sin apenas darnos cuenta.


Las feromonas provocan que nos sintamos más atraídos o menos por alguien simplemente por las que desprende y nuestro organismo ha detectado. En el caso de las mujeres que conviven (dejando aparte cualquier componente sexual y/o sentimental), las feromonas hacen que empaticen entre ellas, consiguiendo que se regule sus ciclos menstruales de tal modo que los hace coincidir.
Cabe destacar que,  a pesar de los años transcurridos y la cantidad de estudios realizados sobre el tema, no se ha podido dar una explicación del por qué las feromonas influyen en esta sincronización.


Por supuesto hay muchas argumentaciones en contra de las conclusiones de McClintock, por lo cual hoy en día es más una leyenda urbana. Este es el argumento más válido en el contexto científico, sin embargo hay parte de la comunidad científica que rechaza la existencia de feromonas en humanos y apoyan la hipótesis de que el papel que juegan las feromonas, lo hagan hormonas secretadas por el hipotálamo, pues es el centro encefálico encargado de regular los ciclos menstruales y señalan que no son la interacción entre sustancias químicas volátiles secretadas, sino que el hecho de compartir tanto tiempo juntas, indica que todas ellas están en el mismo ambiente, horas de luz, actividad, entorno, temperatura ambiental, etc. Todos estos factores son los reguladores de los ritmos y ciclos que controla el tálamo. Sin embargo hoy en día no hay ningún estudio que secunde esta hipótesis.

  

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